Cuando la sensación, el apego y la posesión no están
presentes, aparecen el amor y la compasión.
Krishnamurti
Cuando decimos que amamos al prójimo llega a la memoria el recuerdo de aquellos seres que despiertan nuestros sentimientos afectivos. Creo, sin temor a equivocarme, que esos próximos son los verdaderos prójimos de cada uno. Después vienen los otros, esa mayoría de desconocidos que componen la familia humana y a los que decimos amar como a nosotros mismos.
¿Será posible amar a esos siete mil millones de seres humanos que habitan el planeta? ¿Los amaría usted a todos? Si su respuesta es afirmativa entonces no hay duda de que usted ama a toda la humanidad. Pero también sabemos que para nosotros los mortales es difícil amar a tanta gente a la vez. Por eso le recomiendo que reduzca esos millones de personas a unas cuantas decenas, así se le hará más fácil dar y recibir afecto.
Insisto en que pretender amar a todo el mundo por igual no guarda relación con la realidad ya que el afecto que damos a los demás está condicionado por la proximidad familiar, los prejuicios raciales, el nivel económico y las diferencias religiosas. No quiero sonar pesimista, lo que trato de decir es que amar es un verbo que nos invita a ser solidarios y a rechazar todo aquello que nos aleje de la sana convivencia.
Sobre el amor se puede decir que es tan subjetivo como el resto de las emociones. Amamos y dejamos de amar a quienes consideramos merecedores de nuestro cariño o de nuestra indiferencia. Pero si usted cree que es una obligación moral amar a todos por igual y quiere sentirse cómodo con su consciencia siga este consejo: ame como lo hacemos los mortales, de la manera más simple posible, ame a través de sus acciones.
Para amar no hay que realizar grandes hazañas ni sacrificios inútiles. Todos los días y en cada acontecimiento de la vida se presenta la oportunidad de actuar con amor. Es simple, cuando conduzca hágalo con prudencia, no exceda los límites de velocidad y sea condescendiente con los peatones... eso es amar. Evite todo aquello que pueda afectar negativamente la vida de sus próximos… eso es amar. No trate de imitar a los que se inmolan por amor. No se exija tanto. Usted y yo somos personas sencillas, no somos héroes y tampoco semidioses. Tenga presente que el amor se convierte en una posibilidad real cuando nos colocamos en el lugar del otro.
Si miramos a nuestro alrededor veremos que el planeta necesita urgentemente que actuemos a su favor. Cuando se está poseído por el amor se cuida el ambiente, se consume con moderación, no se desperdicia el agua y se trata por todos los medios de llevar una vida libre de excesos. Es muy fácil actuar bajo los efectos del amor.