martes, 5 de mayo de 2020

Mildomio el "Peregrino"




Cuando se mira al mundo desde el confinamiento la realidad se transforma y cambia por completo la perspectiva del espacio y del tiempo. Ahora que las circunstancias nos obligan al encierro hay mucha gente que no encuentra qué hacer con el exceso de tiempo libre. Por suerte existe el internet, porque sino el aburrimiento causaría más muertes por suicidio que las provocadas por el temido COVID-19, principalmente entre aquellos que no conciben la existencia sin el Facebook, el Instagram y el Youtube.

 

Hay otros a los que la tecnología no los acaba de convencer y recurren a métodos más tradicionales de entretenimiento. Este es el caso del visionario Mildomio, un ciudadano dominicano cuya hazaña lo ha catapultado a la fama. Hasta hace poco días este «hombre de pocas letras», como lo describe el padre Rafael Delgado conocido como Chelo entre sus feligreses, había pasado desapercibido para el resto del mundo. Excepto por su entorno familiar y los vecinos del sector Villa Altagracia en la provincia de San Cristóbal, nadie sabía quién era Mildomio Adames.

 

“El Peregrino”, como lo han bautizado sus seguidores, asegura que dios le habló y le comunicó sus directrices para atender el asunto de la pandemia. Además, le pidió que confeccionara una cruz de madera y que la depositara en el mar como señal de que se ha cumplido con su voluntad. A cambio del sacrificio ofrecido, dios prometió “librar a República Dominicana y varios países del mundo del COVID-19” (aunque dios no especificó cuáles son esos “varios países” yo espero que Puerto Rico aparezca en la lista).

 

Como suele suceder en estos casos la opinión pública se dividió entre los que apoyan al humilde artesano de canastas y los que dudan que en efecto él haya sido elegido como otros personajes de la tradición judeo-cristiana, entre ellos Moisés. Aunque la iglesia católica de ese país ha evitado apoyar directamente a Mildomio, algunos sacerdotes han aprovechado las circunstancias para avivar el entusiasmo de los fieles. La decisión de los curas es comprensible ya que el catolicismo pasa por una marcada crisis moral (denunciada por el mismo papa Francisco) que le ha hecho perder terreno frente a las sectas evangélicas que continúan ganado adeptos en toda Latinoamérica. Así es que varios curas decidieron que una oportunidad como esta no se deja pasar y se unieron a la muchedumbre que marchó cientos de kilómetros junto al Peregrino.

 

Intento comprender el asunto de la manera más simple posible al margen de las pasiones que despiertan estos temas. Por eso, si me preguntan si le creo a Mildomio responderé que sí. No tengo porque dudar que el Peregrino de Villa Altagracia pueda comunicarse con dios, con la virgen, con los santos y con los ángeles. Si lo negara pondría en duda que dentro su cabeza hay un cerebro que es capaz de crear y reproducir realidades matizadas por sus creencias y prejuicios. De igual manera tengo que aceptar como verdadera la experiencia de los sueños cuya naturaleza psíquica no se puede someter a juicio, pues para el que sueña su sueño es real.

 

Lo mismo sucede con las experiencias denominadas espirituales o místicas que suelen darse en un ámbito íntimo y privado sin que para ello sea necesario contar con la presencia de testigos. Sin embargo, hay que tener cuidado con las experiencias que se originan en la mente ya que las alucinaciones (provocadas por el consumo de drogas o medicamentos, enfermedades y trastornos mentales o lesiones cerebrales) pueden alterar la consciencia y distorsionar la realidad.

 

Pero Mildomio no está solo ni ha sido el único que ha conversado con dios. En el registro de la historia se cuentan decenas de casos de hombres y mujeres que dicen haber hablado con entidades sobrenaturales, incluyendo extraterrestres. Tal es caso de Juana de Arco (acusada de herejía por el clero y quemada viva en la hoguera el 30 de mayo de 1431) y otros tantos que dicen haber sido instruidos por dios para lidiar con asuntos y acontecimientos mundanos. Quizá sea Moisés el personaje más famoso de todos debido a la convulsión social que le tocó vivir. Según cuenta el relato bíblico, dios le entregó (en privado) un conjunto de leyes reguladoras de la vida moral y religiosa del pueblo de Israel cuya vigencia llega hasta nuestros días. Por eso, si le creemos a Moisés hay que creerle también a Mildomio y a todos los que ocasionalmente reclaman ser mensajeros o representantes de alguna divinidad.


Después de que el Peregrino depositó la cruz en las aguas del Atlántico se detectaron en una semana 995 nuevos infectados que se suman a los 7,288 casos registrados en todo el país. Este aumento de víctimas y de muertes me hace pensar que alguien no cumplió su parte del contrato. Además, creo que la responsabilidad de haber expuesto a cientos de personas al contagio de camino al mar es compartida y que Mildomio fue inducido a través de la fe a protagonizar este nuevo capítulo milagrero. Pero si algo quedó claro después de este fallido episodio mesiánico es que no podemos distraernos en fantasías cuando las circunstancias exigen que se actúe diligentemente con un alto grado de responsabilidad.

sábado, 11 de abril de 2020

Optimismo delirante




Cada día los medios de comunicación reseñan lo que todos ya sabemos: el virus sigue ganando terreno y las víctimas fatales aumentan exponencialmente. También están las “buenas noticias” difundidas a través de las redes por grupos y organizaciones sociales y religiosas. En sus mensajes nos invitan a que veamos el lado positivo del problema, algo muy parecido a esa receta que dice que no se debe ver el vaso medio vacío sino medio lleno. Sin embargo, creo que esta fórmula puede conducirnos a la negación de la realidad y a que justifiquemos aquellas conductas egoístas e irresponsables de quienes se benefician de las crisis.

 

Los artífices de este optimismo morboso sostienen su argumento sobre la base de que algo o alguien interviene para alterar el curso de los acontecimientos que nos producen aflicción. Creen, y nos quieren hacer creer, que las necesidades humanas son atendidas desde una oficina celestial. Esta actitud, un tanto arrogante, es consecuencia de la visión geocéntrica que caracteriza a quienes han sido formados en doctrinas que ubican al hombre en el centro del universo. Pero ni una cosa ni la otra, no somos herederos de nada que nos coloque por encima del resto de las criaturas ni ocupamos un lugar preponderante en el cosmos.

 

Durante las últimas tres semanas de confinamiento a causa del coronavirus he notado como han proliferado los motivadores y los expertos en asuntos espirituales. He escuchado como pseudocientíficos, sacerdotes, pastores, gurús, astrólogos y curanderos cibernéticos tratan de explicar las causas de la pandemia. Según dicen estos señores y señoras se trata de una reprimenda por nuestras malas acciones. Aunque evitan mencionar quién impone el castigo se puede inferir que la enfermedad ha sido enviada por una entidad sobrenatural.

 

Ayer me enviaron un video publicado por la médica y ministro evangélica Ruth Calderón en el que hace un recuento sobre las recomendaciones de dos científicos de la universidad Ludwig-Maximilians de Alemania. Concretamente dicen los investigadores alemanes que si hacemos gárgaras de agua con sal durante los primeros siete días cuando aparecen los síntomas se puede evitar que el virus llegue a los pulmones. Sin embargo, parece que a la ministro evangélica no le satisface que sea la ciencia la que se ocupe de los asuntos de salud y asegura que ha sido dios el que ha inspirado a los investigadores alemanes para que hicieran tal descubrimiento. Quizá la doctora Calderón tenga razón, pero lo que no me parece razonable es que la inspiración (divina) llegue después que la enfermedad se ha esparcido por todo el planeta y ha matado a más de cien mil personas.

 

Otro caso patético es el del famoso exorcista católico José Antonio Fortea. Dice el también yutuber que las enfermedades son provocadas por los pecados. El cura asegura que detrás de todo bien y de todo mal está la voluntad de dios porque «desde el momento en que creemos en la existencia de un ser infinito de pleno poder ocurre lo que él permite». Además, a modo de justificación cita al rey David cuando este dice que “es mejor que el castigo venga de dios y no de los hombres”. Quiere decir que debemos agradecer que el virus tenga origen divino y no biológico. Por eso la recomendación que nos deja Fortea para enfrentar al coronavirus y otras enfermedades es que oremos. Después de escuchar a la ministro evangélica y al cura exorcista siento que todavía quedan vestigios del oscurantismo medieval que tanto daño causó.

domingo, 29 de marzo de 2020

Ahora nos toca a todos




Mis bisabuelos no conocieron el teléfono, nunca vieron un avión y tampoco se montaron en un automóvil. Así de simple era su vida. Hoy, muchos años después, miro hacia ese pasado y me pregunto cuál sería su reacción si se enteraran que ya hemos caminado sobre la superficie lunar y que pronto llegaremos a Marte. Pero su sorpresa sería mayor si supieran que seguimos siendo extremadamente vulnerables a pesar del camino recorrido por la ciencia y la tecnología. Así es, todavía nos morimos por causa de un virus. Todavía no hemos alcanzado la inmortalidad.

 

Me siento, como el resto de los mortales, preocupado porque mi nombre no llegue a la lista de las víctimas fatales del COVID-19. Y no es para menos. Las cifras de contagios y muertos es alarmante y esto hay que tomarlo muy en serio. Aunque esta pandemia no es la primera que padece la humanidad, tiene la peculiaridad de que no discrimina y que nos afecta a todos por igual, principalmente a los habitantes de las grandes ciudades con alta densidad poblacional que pocas veces llegan a padecer directamente los males que sufren las comunidades rurales y pobres.

 

Ha sido una de las pocas veces, quizá la única después de la pandemia de gripe de 1918 que dejó un saldo de más de 50 millones de muertos en Europa, que la humanidad ha sufrido una tragedia de proporciones mayores. Hasta ahora las enfermedades contagiosas atacaban principalmente a las poblaciones más vulnerables que viven en condiciones insalubres en áreas altamente contaminadas. Tal es el caso de la malaria que en 2018 produjo aproximadamente 228 millones de casos en todo el mundo y dejo el saldo de 405 mil muertes.

 

Ahora el problema toca las puertas de las sociedades económicamente privilegiadas y sus ciudadanos experimentan impotencia e incertidumbre. Debido a que las circunstancias nos obligan a permanecer confinados en casa es un buen momento para reflexionar seriamente sobre la necesidad urgente de realizar cambios profundos y asumir una actitud distinta hacia la vida.

 

A pesar de todo el sufrimiento que esta crisis ha causado quiero pensar que algo hemos aprendido. Tal vez, empujados por la desgracia, logremos ponernos de acuerdo en algunos asuntos medulares. Por ejemplo, aunar esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de aquellos que viven en extrema pobreza sin acceso a cosas tan básicas como el agua potable, la alimentación y la medicina.

 

Sería bueno que más allá de las consignas y los eslogan pudiéramos aprender algunas buenas lecciones que perduren en el tiempo. La situación actual exige que dejemos de lado la indiferencia y seamos más sensibles ante el sufrimiento de los demás. Por primera vez en muchos años vivimos una crisis global que ha evidenciado muchas deficiencias y debilidades que debemos superar. Ahora tenemos una magnifica oportunidad para corregir muchas de esas deficiencias y comenzar un proyecto de vida coherente e inclusivo.

jueves, 30 de enero de 2020

A propósito de la Navidad




Los consumidores modernos pueden

identificarse con la formula siguiente:

yo soy = lo que tengo y lo que consumo.


Erich Fromm




Acaba de pasar la Navidad de 2019, la número sesenta para mi. Aunque no conmemoro el evento tampoco evito participar de las actividades festivas de la época, sobre todo de aquellas en las que abundan los manjares culinarios. Creo que ese es el principal atractivo que tiene la ocasión para quienes no estamos afiliados al cristianismo y para aquellos creyentes de ocasión que se sienten comprometidos con la tradición y aprovechan el momento para compartir con amigos y familiares que ven una vez al año.


Pocos conocen la historia del origen de la Navidad. La mayoría ignora que la designación del veinticinco de diciembre como el día del nacimiento de Jesús se debe a una decisión arbitraria de la Iglesia Católica de occidente en el año 354 durante el papado de Julio I como una medida cautelar para reemplazar el culto pagano al dios Mitra. Era en esta fecha que las legiones romanas del Bajo Imperio Romano en los tiempos de Diocleciano conmemoraban el solsticio de invierno. También los celtas y los nórdicos celebraban a Yule con una fiesta de bienvenida al nuevo ciclo que iniciaba después del invierno. Sin embargo, no fue hasta el año 529 que el emperador Justiniano emplazó ese día festivo en el calendario.


En el Yule o Jul se celebraba la Rueda del año o comienzo del nuevo año, ya que la rueda es un símbolo solar al que se pedía que alejara el invierno y la muerte y trajera el sol y la vida. En Persia el culto al dios Mitra, la divinidad de la luz, y los contratos sagrados se celebraban el 25 de diciembre pues según cuenta la leyenda dicho dios nació en esa fecha. De igual manera podemos ver como el cristianismo tiene en común con el mitraísmo el bautismo, la festividad del domingo, el agua bendita o la adoración de los pastores en el nacimiento de su dios.


Otra fábula que nos toca de cerca es el día de los Reyes Magos. Un evento que tampoco guarda relación con la verdad histórica y cuya celebración se formaliza con las representaciones teatrales entre el siglo XIV y XV durante la Edad Media. Estos personajes, que gozaron de mi aprecio en la infancia, han sido desplazados por el famoso Papa Noel o Santa Claus que se vincula a la mitología escandinava y a dioses como Odín, Thor y Saturno. Incluso, algunos ubican sus orígenes en Asia. También se dice que la figura del barbudo bonachón está inspirada en el obispo cristiano San Nicolás de Myra que vivió en el siglo IV en Anatolia, un territorio ubicado en la actual Turquía y cuyas reliquias se conservan en Bari, Italia. De los Reyes quiero añadir que, aunque nunca me trajeron la bicicleta que les pedí, agradezco las pistolas y el sombrero de vaquero que me fueron muy útiles en aquellas gloriosas batallas libradas en los patios y callejones de mi barrio.


La Navidad se ha convertido en el evento que más beneficios económicos produce en un breve período de tiempo. Miles de millones de dólares son destinados a satisfacer la vanidad de todos los que de una u otra manera participan del acontecimiento. Solo en los Estados Unidos, según la agencia de noticias EFE, el gasto alcanzó los 24,200 millones de dólares entre noviembre y diciembre de 2018. Una cifra equivalente al presupuesto anual de algunos países de África o Latinoamérica. Irónicamente este derroche de dinero no resuelve ni alivia las necesidades que padece mucha gente que vive marginada y a los que la cristiandad considera sus hijos predilectos (por ser pobres).


Durante mi acostumbrada caminata matutina recorrí varias calles de Santurce hasta llegar al puente Dos Hermanos que conecta la isla grande con la isleta de San Juan. Era la mañana del 26 de diciembre y la ciudad aun dormía. Todavía no había pasado el camión que recoge la basura y las montañas de botellas de licores y de latas de cervezas confirmaban que el jolgorio de la noche anterior no tuvo límites. También pude ver montones de cajas de televisores y de aparatos electrónicos que llegaron a remplazar los modelos anteriores.


Ese es el gran negocio, hacer que la gente asocie las fechas memorables con la actividad comercial para que compren y gasten. Ha pasado un mes desde que concluyeron las festividades de Navidad y los vitrinas ya exhiben la mercancía alegórica al día de la amistad o del amor. Así llegan una tras otra las celebraciones que no dan tregua a las tarjetas de crédito y que mantienen a la gente endeudada todo el año.

viernes, 18 de octubre de 2019

Eva y otras desgracias




Lo que los varones ejercen sobre las mujeres

no es una autoridad natural —no hay ninguna

de este tipo— sino un privilegio injusto.

Amalia Varcárcel

 

 

 

De Eva sabemos muy poco. No existe una partida de nacimiento que nos permita ubicarla en el tiempo. Tampoco sabemos cómo fueron sus primeros días de vida y qué aspecto tenía. Dicen que fue creada para que el primer hombre que habitó la Tierra tuviera compañía. «No es bueno que esté el hombre solo; haré una ayuda idónea para él» dijo dios. Pero, ¿por qué dios no la creó a ella primero si es la mujer, la hembra de la especie, la que puede gestar? También se ha dicho que fue la primera persona acusada de violentar la Ley y que además fue madre de dos varones (hasta ahí la bografía de la primera mujer). La falta cometida le costó la expulsión del edén y que dios dejara caer su ira sobre ella: «Multiplicaré en gran manera tu dolor y tu preñez; con dolor parirás hijos y a tu marido estará sujeto tu deseo, y él dominará en ti».

Digamos que fue la falta de imaginación de los autores de la fábula que los llevó a cometer plagio, eso lo veremos más adelante. Sobre la trama queda la duda de si se trató de un error por omisión o de un plan concertado para desacreditar a las mujeres y colocarlas en una posición vulnerable. Sin embargo, las pruebas indican que hubo una intención malsana desde el principio sino ¿por qué tuvo que ser Eva la que indujera a su marido a pecar y no al revés? ¿Por qué Adán no rechazó la tentación y aceptó ser cómplice? ¿Cómo se explica que dios, que todo lo sabe, permitiera que la serpiente (que él creo más astuta que las otras criaturas) se saliera con la suya? Tal vez nos habríamos evitado este problema si dios hubiera sido mujer.

El grado de ensañamiento contra Eva denota que su desgracia fue planificada. Sus verdugos conocían de antemano el resultado y sabían que frente a la hegemonía masculina ella no podría defenderse. No se trató solo de condenar a Eva y a Adán por la falta cometida sino que se aprovechó el hecho para condenar también a sus descendientes y así establecer un precedente que justificara futuras acciones.

Si todo comenzó bien y el mundo era perfecto por qué este cambió tan abrupto. De quien fue la idea siniestra de modificar el primer acto y cambiar los papeles de los protagonistas. Tal vez el guionista comprendió que si dejaba las cosas como estaban el desenlace de la historia no sería el deseado. Así es que decidió cambiar la trama para justificar la implantación de un régimen patriarcal cuyo fin principal era el sometimiento de la mujer.

Veamos como se ha tratado el asunto de la creación en otras mitologías. En el caso de China cuenta la leyenda que después que el dios Pan-Ku creó el universo la diosa Nüwa se sentía sola y triste. Así es que decidió dar un paseo por la Tierra y al ver que estaba deshabitada recogió barro de los ríos y formó una figura parecida a ella y le dio vida. Se puso contenta y decidió hacer más figuras para que poblaran la Tierra.

Aconteció que cuando el dios del agua y el dios del fuego entraron en guerra destrozaron la gran montaña que sostenía los cielos y esto provocó que se abriera un enorme agujero negro entre las nubes que puso en peligro a toda la creación. Así es que Nüwa decidió proteger a la humanidad y tapo el agujero y sostuvo el cielo con cuatro patas de una enorme tortuga y hubo celebración en el cielo y en la Tierra y reino la paz. Los hombres araron la tierra y las mujeres tejieron y gozaron de una vida buena y próspera. Todos agradecieron a la diosa Nüwa su bondad y esta partió en un carro de truenos tirado por un dragón que la llevó más allá de las nubes hasta el noveno cielo.

Otra de las civilizaciones antiguas de la que se conserva una buena cantidad de información sobre sus mitos y creencias es la sumeria. Sumer o «la tierra de los reyes civilizados» fue un imperio que se desarrolló en Mesopotamia, actualmente Iraq, alrededor del año 3500 a.C. Los sumerios crearon un sistema lingüístico con su propia escritura. Además, desarrollaron la arquitectura, las artes, la astronomía y las matemáticas. También contaban con una religión compleja formada por cientos de dioses, mitos y costumbres cuya influencia llega hasta nuestros días.

A partir del siglo XX se descubrieron en Irak una serie de grabados en piedra que narran distintos episodios de cómo fue el principio. De acuerdo al génesis sumerio fue la diosa-madre Nannu la creadora de todo. Los dioses Ki y An crearon la tierra y el cielo respectivamente. Enlil, hijo de Nannu, fue responsable de crear los vientos, las tormentas, el día y la noche y Enlil y Ki crearon a los seres vivos con el objetivo de complacer y servir a los dioses.

Se dice en las escrituras sagradas sumeria, redactadas tres mil tresientos años antes de la aparición del génesis del antiguo testamento, que la primera diosa nació de una costilla de Enki (uno de los dioses mayores) y que fue nombrada Nin-ti. Enki también creo un paraíso para que los hombres vivieran en armonía con la naturaleza, pero como no cumplieron las reglas impuestas por los dioses fueron expulsados. Es posible que esta historia haya servido para crear el mito de Eva y la costilla de Adán y la expulsión de ambos del paraíso.

Los tres relatos anteriores son fabulaciones mitológicas que muestran la manera de pensar y de actuar de cada una de estas sociedades antiguas. En el caso del génesis judío el único dios creador de todo fue enfático cuando le ordenó a Adán que no comiera del árbol del conocimiento (Y ordenó el eterno dios al hombre, diciendo: De todo árbol del jardín podrás comer; mas del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás; porque en el día que comas de él, morirás). Otro capricho de dios que crea suspicacias.

Llegamos al siglo XXI y todavía las mujeres tienen que luchar contra esa mentalidad sexista heredada de aquellos tiempos. Es inaceptable que sigan existiendo sociedades en donde las mujeres son tratadas como seres inferiores y víctimizadas por el poder político, económico y religioso que ejercen los hombres sobre sus ellas.

Un estudio realizado por el Banco Mundial (2016) dice que las mujeres representan el 60% de las personas más pobres del planeta y solo una de cada tres mujeres de áreas rurales recibe atención sanitaria en el embarazo. En el tema de la educación el número de niñas que abandona la escuela antes de llegar a secundaria es superior al de los varones y solo una de cada tres completa sus estudios. Esta situación las coloca en una posición de desventaja cuando llega el momento de incorporarse al mercado laboral. Solo en India hay más de 245 millones de mujeres que no saben leer ni escribir. La falta de educación también les imposibilita integrarse a la vida pública y política. Y las que logran conseguir un empleo (regularmente en condiciones deplorables) son obligadas a trabar triples jornadas por un salario inferior al que reciben los hombres.

Así han vivido hasta hoy millones de Evas cuyo único pecado es haber nacido mujer. Dice la declaración universal de los Derechos del hombre que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos». Entonces que esperamos para que esto se convierta en realidad. Si queremos que de verdad la mujer alcance esa dignidad y esa libertad hay que reconocer su derecho a ejercer todas sus capacidades y potencialidades por encima de cualquier otra consideración. El momento es ahora.


sábado, 14 de septiembre de 2019

Oráculo




Hay dos formas de ver las estrellas.

Tal como son o como desearíamos que fueran.


Carl Sagan

 

 

La barita mágica es más atractiva

que un telescopio o un microscopio.


Richard Dawkings

 

 

 

Las pruebas materiales encontradas por los arqueólogos revelan que fueron los babilonios, hace aproximadamente 4 mil años, los primeros en establecer una relación directa entre sus mitos y el universo visible. También identificaron las constelaciones y establecieron los doce signos del zodiaco con sus respectivas características. Más adelante los egipcios ampliaron y modificaron el sistema astrológico babilónico y los griegos lo desarrollaron hasta que alcanzó su forma moderna.

El científico egipcio Claudio Ptolomeo (85-160 n. e.) fue el autor del Almagesto, un tratado científico que incluye los modelos astronómicos desde los babilonios hasta los griegos y cubre un periodo de casi nueve siglos. Escrito originalmente en griego bajo el nombre de Hè Megalè Syntaxis, el tratado se consideraba parte de las matemáticas ya que describe el sistema geocéntrico y el movimiento de los planetas y las estrellas. A partir de las investigaciones realizadas por Ptolomeo se inicia el estudio sistemático del cosmos. Después los árabes copiaron y tradujeron a su lengua el tratado que sobrevivió a la oscura edad media cuando la Iglesia destruyó una cantidad considerable de libros y escritos científicos.

De Ptolomeo se sabe muy poco aunque es considerado una de las figuras más importantes en la historia de la astronomía. Su propuesta sobre el sistema geocéntrico como la base de la mecánica celeste perduró por más de 1400 años y sus teorías y explicaciones astronómicas dominaron el pensamiento científico hasta el siglo XVI.

Al principio la astrología se utilizaba para atender problemas de estado y de gobierno. Se consultaban los astros antes de tomar decisiones concernientes a la administración pública, las campañas militares y los fenómenos atmosféricos. Así es que el acceso a los astrólogos y al oráculo era un privilegio que tenían las personas que ocupaban posiciones de liderato dentro de la sociedad. Con el paso de los años esta forma de entretenimiento permeo todos los estratos sociales y se popularizó hasta tal punto que hoy día tiene seguidores en cada rincón del planeta.

Es complicado entender el entramado que hay detrás de esta pseudociencia ya que los postulados que la sustentan no pueden ser comprobados ni medidos estadísticamente. Las “pruebas” presentadas a su favor se limitan a casos y situaciones muy particulares o muy generales que no pasan el cedazo de la rigurosidad científica. Además, el margen de error en sus pronósticos es tan amplio que justifica las imprecisiones.

Los astrólogos pretenden explicar los asuntos mundanos con un sistema adivinatorio primitivo que nació de la superstición y que fue elaborado a partir de mitologías sumerias, babilónicas, griegas, chinas y japonesas. Pero la astrología no está sola, a ella se suman otros medios de predicción y adivinación tales como la clarividencia y la interpretación de los sueños. También gozan de popularidad la cartomancia, la lectura de los caracoles, de la taza de café y de las líneas de la mano. Pero, ¿cuán confiables pueden ser éstos sortilegios cuando su interpretación depende de variables subjetivas?

Miles de personas han nacido el mismo día y a la misma hora sin que esto signifique que sus vidas transitarán el mismo derrotero. ¿Cómo se explica que la astrología pueda precisar detalles de la vida humana a partir de la trayectoria que siguen los cuerpos celestes que se desplazan aceleradamente? La Vía Láctea viaja a 2,3 millones de kilómetros por hora que es igual a 630 kilómetros por segundo. Una velocidad inimaginable para la mente humana. Y si hablamos de distancias las cifras no tienen parangón ya que un año luz equivale a un poco más de 9 mil millones de kilómetros. Digamos también que el límite del universo visible desde la Tierra está a 46,500 millones de años luz, en todas las direcciones, es decir, un diámetro de 93 mil millones de años luz.

Según la astrología, los que hemos nacido entre el 19 de febrero y el 20 de marzo pertenecemos al signo de piscis. La constelación de los peces está localizada entre Aries y Acuario al sur de Andrómeda. Su nombre viene del latín pisces que significa el vertebrado que respira por branquias. Inscripciones de este grupo de estrellas se han encontrado en sarcófagos egipcios cuya antigüedad data de dos mil tresientos años antes de nuestra era. Dicen los “expertos” que «un piscis es sensible y compasivo. Es intuitivo, además posee mucha capacidad creativa y le gusta soñar. Le gusta el misterio y el ridículo. Regularmente tiene una personalidad tranquila, paciente y amable. Suele responder con simpatía y tacto al sufrimiento de los demás. Es de carácter afable, cariñoso y no supone una amenaza para los demás. Puede asumir su entorno sin complicaciones. Se interesa más por los problemas de los otros que por sus propios problemas».

No puedo negar que la descripción anterior me satisface, pues me dice lo que a cualquier persona le gustaría escuchar de sí mismo. Excepto por lo de “hacer el ridículo”, el resto de atributos me convierten en una persona maravillosa. Sin embargo, está claro que cada característica atribuida a piscis es compatible con cualquier otro signo ya que todos nacemos con el potencial de ser creativos, amables, compasivos y soñadores. Si no lo ha hecho todavía le invito a que busque en internet el horóscopo y lea al azar cualquiera de los signos. No tardará en darse cuenta que las características distintivas de cada uno puede ser intercambiada sin que esto afecte el resultado.

Veamos que dice mi horóscopo del 6 de septiembre de 2019 publicado en Univisión: “La mañana trae consigo cambios inesperados este viernes con el tránsito de la Luna en el elemento fuego que unido al movimiento de tu regente Neptuno conforma un paisaje único dentro de tu realidad existencial durante este ciclo planetario. Hay una onda de transformación en tus planes de hoy por lo que debes ser prudente y no lanzarte inmediatamente a una aventura que puede ser complicada si obras alocadamente. No te impacientes a la hora de empezar o terminar una relación ya que ahora lo que más te conviene durante este ciclo de tu regente Neptuno retrógrado es mantener una actitud de espera y observación, las apariencia suelen ser engañosas”.

Mi día fue como cualquier otro día. No hubo cambios inesperados ni se transformaron mis planes y tampoco no fui engañado por las apariencias (nunca me dejo engañar por las apariencias). Tampoco gané la lotería con los números de la suerte que me dio el astrólogo. La astrología no es otra cosa que un juego disfrazado de ciencia. Una forma de entretenimiento que satisface la curiosidad de mucha gente y que además produce ganancias a quienes la tienen como oficio.


martes, 5 de marzo de 2019

La vida buena




El sabio es feliz porque sabe qué hacer con sus pasiones,

conoce las causas de las mismas y llega a controlarlas.


Victoria Camps

 

Si la vida se contara por los momentos felices,

duraría unos breves minutos.


Oscar Wilde

 

 

 

¿Cuándo comienza y cuándo termina la vida buena? Pues comienza cada vez que complacemos nuestros deseos y aspiraciones, y termina ante la imposibilidad de realizar aquello que nos complace y creemos indispensable.

 

La vida comprende en sí misma un cúmulo de acontecimientos que escapan de nuestro control y que nos dejan vulnerables ante lo inevitable. Su curso no es lineal ni responde a un orden cronológicamente organizado. A lo sumo se puede decir que la vida mantiene un movimiento pendular que en su devenir nos recuerda que todo es pasajero. Así es que vivir bien depende de lo que cada cual crea y estime bueno para su persona. Salvo aquellas ocupaciones que nos acercan a un goce superior (eudemonía), el resto de actividades que llevamos a cabo no tienen otro objetivo que el de la sobrevivencia física y emocional.

 

Los seres humanos contamos con una estructura biológica compleja y un cerebro altamente desarrollado y a pesar de eso somos capaces de actuar en contra de nuestra propia integridad física con tal de complacer un deseo, a veces absurdo o imposible de alcanzar. Somos los únicos seres vivientes que conocen el placer. Ninguna otra especie arriesga su vida o su seguridad a cambio de un momento de gozo. Por eso nos sentimos atraídos por aquellas actividades que aumentan los niveles de endorfinas que a su vez provocan que nuestro organismo experimente estados breves o prolongados de bienestar. En esa búsqueda de placer emocional algunos son seducidos por la velocidad, otros prefieren escalar montañas o descender a las profundidades de los océanos.

 

El filósofo Javier Sádaba dice en su libro La vida buena que «la vida humana está llena de deficiencias. Nadie se libra de ellas ni siquiera la persona que podría considerarse más afortunada. Nuestros deseos pocas veces se cumplen, otros son imposibles porque o bien chocan entre si o no están a nuestro alcance». En un sentido u otro todos coqueteamos con la idea de superar las limitaciones impuestas por nuestra naturaleza, ya sea por medio de actividades físicas o a través de las facultades mentales superiores que se manifiestan cuando cultivamos las artes o desarrollamos las ciencias.

 

Creemos tener plena autonomía al momento de elegir nuestros gustos y placeres, pero la realidad parece ser distinta. La mayoría de las veces los gustos personales responden al condicionamiento impuesto desde fuera. Tomemos de ejemplo la moda que cambia cada tres meses y que posee un poder hipnótico sobre la voluntad de millones de personas que viven atrapadas en la ilusión de ser modernos y distinguirse de los demás.

 

Si observamos con detenimiento la realidad que nos toca vivir descubriremos que no es posible llevar una vida del todo placentera. Así es que correr afanosamente detrás del placer podría conducirnos a un laberinto sin salida. «Recordemos: las cosas sobre las que tenemos poder están naturalmente a nuestra disposición, libres de toda restricción o impedimento; pero las cosas que nuestro poder no alcanza son debilidades, dependencias, o vienen determinadas por el capricho y las acciones de los demás», comenta Epicteto en su Manual de vida.

 

¿No debería ser la libertad, principalmente la de consciencia, el mayor goce al que se puede aspirar? ¿Existe mayor satisfacción que la producida por la autonomía de pensamiento? ¿Puede haber una libertad superior a la de elegir terminar con la existencia cuando el dolor físico y el sufrimiento mental se vuelven insoportables?